Mi nombre es Adriana, soy una mujer convencida de que el cambio, cualquiera que anheles, proviene de nuestro interior, por eso llevo poco más de dos años mirando hacia dentro. Tengo 40 años, soy mamá de dos niñas fantásticas que le han dado un brillo especial a mi vida. Me encanta ayudar a los que me rodean y generar un entorno sano y de armonía, mis palabras favoritas son: amor, confianza y hoy.

A partir de mi propia experiencia y transformación me atrevo a compartir y a hablar de mi divorcio porque estoy segura de que mi vivencia puede dar luz al camino de alguien más. Aquí te comparto que en este proceso he descubierto nuevas posibilidades, reales, de ver y vivir una separación desde el amor. Definitivamente ha sido un camino de aceptación, aprendizaje y agradecimiento. Fue horrible dar el paso pero mis hijas, el papá de mis hijas y yo merecíamos una vida mejor.

Hace poco más de dos años mi matrimonio llegó a su fin. Fue la decisión más difícil y dolorosa de mi vida. Más de diez años compartiendo con la persona con quien había planeado envejecer. Una vida de proyectos, sueños, viajes, compromisos… pasamos de tenerlo a no tenerlo. En ese momento pensar y hablar de mi divorcio parecía verdaderamente una pesadilla, por el camino tan obscuro y desconocido que aquello parecía.

Vivimos en comunidad, por eso quiero aportar y generosamente abrir mi corazón para contar mi experiencia. No soy promotora del divorcio soy promotora de vivir en conciencia.

Gracias por leerme, me encantaría que compartas conmigo lo que sea que sientas y pienses sobre el divorcio.